RSO 26/07/2022.- Por Jhon Barela.- “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia; y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33) Un denominador común entre las masas es que pocos seres parecen satisfecho s. Todos parecen estar buscando algo, riquezas, poder, salud, aventuras, fama, paz, conquistas o escape. Incluso, pocos creyentes parecen darse cuenta de que han sido hechos "participantes del beneficio" (1 Timoteo 6:2) - el cumplimiento permanente o la redirección de tales deseos que solo se pueden encontrar en nuestro Señor Jesucristo, Aquel que nos creó y nos diseñó. para operar de una manera particular y satisfactoria.
Si bien es cierto que, en última instancia, "no hay quien busque a Dios" (Romanos 3:11) para la salvación, todos estamos indefensos sin la inspiración del Espíritu Santo. Debemos reconocer la realidad de la LEY de la Carne que solo trae pecado y muerte, en oposición a la LEY del Espíritu de VIDA en Cristo Jesús que solo trae vida abundante. Hay múltiples beneficios en permitir que el Espíritu de nuestro Señor Jesucristo viva Su vida en nosotros. A cada creyente se le ordena una y otra vez buscar el plan eterno de Dios que Él ha establecido para nosotros. Dios promete que si lo buscas, lo encontrarás a él y a su plan eterno.
“Si desde allí [es decir, cautiverio debido a la desobediencia] buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma” (Deuteronomio 4:29). “Si lo buscas, será hallado por ti; pero si lo abandonas, él te desechará para siempre” (1 Crónicas 28:9). “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; para que yo habite en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo” (Salmo 27:4). “Oh Dios, tú eres mi Dios; de madrugada te buscaré” (Salmo 63:1). “Yo amo a los que me aman; y los que me buscan de madrugada me hallarán” (Proverbios 8:17). “Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13).
Todos nuestros deseos se cumplirán o se reorientarán cuando le pidamos que nos enseñe a elegir y, de acuerdo con sus promesas, lo encontraremos a Él y a Su plan eterno para nosotros.
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